Floriane Denis
La Grande Époque (Francia)
Feb 16, 2006
Puro efecto de moda o símbolo de una ideología, la efigie del revolucionario argentino, Ernesto "Che Guevara", se reproduce sobre las camisetas. El culto a las personalidades permanece vivo en el comunismo así como en la religión. El capitalismo se complace y se recupera.
Ernesto Che Guevara estuvo lejos de sospechar que un día se convertiría casi en una marca puesta sobre productos vendidos en cualquier parte del mundo. Camisetas, gorras, tazas, la cara del Che Guevara se encuentra por todas partes, símbolo de la cultura pop. Jóvenes y menos jóvenes enarbolan la cara del revolucionario. ¿Es un fenómeno de moda? En Argentina, una expresión nació de este fenómeno: "Tengo una remera del Che no sé por qué" (tengo un camiseta del Che, pero no sé por qué). El Che, figura emblemática de los años sesenta, es visto como un héroe, un ejemplo, el símbolo de todas las luchas para todas las libertades, el testigo de todas las rebeliones, un mártir de cara “crítica”, efímero, se convirtió en un verdadero mito. ¿Cómo?, ¿por qué? ¿Y dónde está la realidad, el hombre detrás del mito?
Su juventud
Ernesto Guevara nació en Argentina en una familia más bien liberal: madre feminista y liberada, padre empresario y aventurero, la familia ayudará y albergará a exiliados de la guerra civil española. Desde que era muy pequeño, el asma lo hace sufrir, lo recluye en casa, le hace sentir la muerte a través de las crisis que lo asfixian. Su madre decide hacerlo salir, confrontarlo con la enfermedad para que aprenda a convivir con ella, a vencerla. Es lo que hace Ernesto, que pesar de todo se convierte en un atleta excelente.
Desde su infancia, Ernesto lee mucho. Adolescente, leyó a Adler y comprendió por qué su enfermedad, que le hace diferente a los demás, le empuja a cambiar el mundo para mejorarlo, hacerse sitio allí. Lee a Freud, Marx. Se convierte en un stalinista convencido que escupirá más tarde sobre el ablandamiento del régimen de la URSS, hasta el momento en que conocerá todas las durezas y las atrocidades de este régimen. Sus lecturas lo inclinan a "cambiar el mundo", un mundo injusto para los más débiles.
Después de estudiar medicina, Ernesto Guevara emprende viajes por América latina en el curso de los cuales toma la medida del continente que es el suyo, de su diversidad, pero también de su pertenencia a un solo y único gran conjunto en el que habría que allanar las desigualdades. Es lo que describe la película Notas de Viaje, que participó sin duda en el resurgimiento de la popularidad del Che. Estas aventuras constituyen la fase de iniciación del "héroe", donde descubrirá su misión, concretamente, y comenzará su aventura revolucionaria. En el curso de sus viajes durante su vida entera, Ernesto Guevara escribió a su madre, a las mujeres de su vida, en su diario. Esto le permite escribir su propia historia. El "héroe" narra su propia epopeya. Tiene el don de presentar bien sus ideas, como si creara su propia leyenda. Por otra parte, numerosas biografías, documentos y obras realizadas sobre su vida están fuertemente basados en sus escritos, lo que ofrece poco margen para acercarse objetivamente al personaje.
En revoluciones
Su trayecto se traza de Guatemala a México, luego en el curso de la revolución cubana con el movimiento del 26 de julio, al cual contribuye a dar su color rojo. En 1959, el pequeño doctor argentino asmático se convirtió en uno de los principales dirigentes de Cuba. Fidel Castro comprende bien la ventaja que hay en aprovechar esta personalidad brillante, carismática e idealista, y utiliza ampliamente la imagen del que se llamará en lo sucesivo Che Guevara. Por fin, su muerte "valiente" y rodeada de misterio. Mártir víctima de la CIA. Una muerte en la plenitud de la vida al final de una lucha desigual, de una caza al hombre, dado que sus pequeñas tropas debilitadas fueron perseguidas por 2000 hombres del ejército boliviano. Las fotos de su bello rostro muerto de mirada “crítica” que darán la vuelta al mundo contribuirán a aportar el último toque al personaje "heroico".
Todos estos elementos acercan a Ernesto Guevara al héroe, tratándose ciertamente de un hombre "extraordinario", en el sentido etimológico del término, es decir un hombre fuera de lo normal. Sin embargo, estas características no deben hacer olvidar ciertos aspectos menos conocidos, pero sin embargo más reales, de la vida y del carácter de Ernesto Guevara. Treinta y ocho años después de su muerte, son todavía ampliamente minoritarios los trabajos y los artículos sobre Che Guevara que salen del retrato elogioso para adoptar un tono objetivo, sin hablar de un tono crítico. Hasta el punto en que uno se pregunta si el "héroe" no ha sido canonizado. ¡Difícil de romper el mito! Sin embargo, aquí y allí, se elevan voces y se hacen oír, sobre todo entre los exiliados cubanos en los Estados Unidos.
Concretando
Comencemos por observar desde más cerca simplemente el balance político, económico, social y militar de este "gran idealista revolucionario" que ocupó funciones diversas en el gobierno cubano, que ocupó el puesto de Ministro de Economía y de Ministro de las Reformas Agrarias. De su paso por la economía, nos acordamos sobre todo del que firma los billetes de banco con un "Che" provocativo. De su paso por las reformas agrarias en cambio, dejó una desorganización profunda y una disminución espectacular de las cosechas de azúcar como resultado de una tentativa temprana de diversificación de las culturas. El Che, a pesar de su trabajo encarnizado, parece complacerse más en publicitar la revolución que en plasmar sus ideas en lo cotidiano.
Después, sus discursos intransigentes contra la URSS, acusándola de reproducir el imperialismo en sus relaciones con los países en busca de independencia, lo alejan de Cuba y de los soviéticos. La revolución del Congo, en la cual participa, es un fracaso. Los rebeldes, llevados por Lorenzo Désiré Kabila, se empeñan sobre todo en llevar una vida dorada y ociosa. Después de algunos meses de vagabundeo, reflexión y convalecencia en Tanzania y luego en Praga, decide con Fidel Castro emprender una guerrilla en Bolivia. Estando mal preparado, apoyado por reclutas mal formados y poco convencidos que desertan y traicionan a su jefe, él fracasa. El Che llega al final del camino, muere.
Al extremo
Un rasgo que señala la personalidad de Ernesto Guevara es su tendencia de llevar todo al extremo. Él mismo escribía a su madre en julio de 1956: "No sólo no soy moderado, sino que trataré de no serlo jamás". Este asmático que tuvo que luchar y ponerse en peligro para tener una vida normal, desafía constantemente a la muerte. Fidel Castro incluso describe su temeridad como "su modo de escoger, en toda situación difícil y peligrosa, hace la cosa más difícil y más peligrosa”. ¿Cuál puede ser el efecto de un espíritu kamikaze cuando dirige un pueblo? El Che Guevara era un hombre intransigente, extremadamente exigente consigo mismo, pero también hacia los demás. Repetidas veces, este rigor casi puritano se expresó. En 1958, trató de regular, en la ciudad de Santo Espíritu que acababa de conquistar, las relaciones entre hombres y mujeres, el consumo de alcohol y el juego, pero sin éxito.
De hecho, Ernesto Guevara, que hacía la revolución "para la gente", tiene un desprecio profundo por las clases dirigentes, pero igualmente por todo lo que constituye la vida de la gente. Además en 1958 aconsejó a sus hombres robar a los bancos, porque "las masas trabajadoras no pueden caer mas bajo". Por otra parte, no comprende las necesidades completamente humanas del pueblo. Absorbido por su trabajo, incluso dirá que ignora totalmente cómo vive el pueblo cubano. Esto parece bastante contradictorio. ¿No se hace la revolución para servir al pueblo y no lo contrario?
Abrazar la violencia
Esta intransigencia del hombre es reiterada por una cierta violencia. En Guatemala, en el momento de la revolución reprimida de Jacobo Arbenz, que verdaderamente lo lanzará hacia el movimiento revolucionario, Guevara se estremece con los tiros de los cañones y el olor de la pólvora. Más tarde, en la Sierra Maestra, en el curso de la guerrilla para derribar a Batista, el Che Guevara saborea plenamente su amor a las armas, llegando incluso a nombrar a su pistola Beretta "Libertad". Abandona su papel de médico para convertirse en soldado a tiempo completo. Su dureza se revela mortal para varios de sus compañeros sospechosos de traición. Se cuenta que llegó a simular ejecuciones, una forma de tortura psicológica.
Pero después de la toma del poder en Cuba, esta violencia y esta intransigencia forman una mezcla temible cuando el Che participa en el sistema de represión del régimen cubano. En efecto, a menudo ignoramos el importante papel que jugó en la elaboración del sistema de seguridad de Estado de Cuba, el sistema elaborado según el modelo de la KGB con la KGB. El Che comparte pues la responsabilidad de las acciones de represión de este régimen, sobre todo porque presionó a los revolucionarios cubanos para adoptar el modelo soviético.
De esta manera se encarga en 1959 de la prisión La Cabana y del proceso y la ejecución de los opositores. Los procesos son expeditivos, las apelaciones que están en sus manos son rechazadas sistemáticamente. Guevara vela personalmente por la ejecución de los presos. En algunos meses, habrá varios centenares de ejecutados, juzgados arbitraria y rápidamente. Ciertos partidarios de Batista sufrieron un castigo ampliamente desproporcionado a su "crímen". El Che quería que sus oficiales fueran verdugos por turnos con el fin de que su responsabilidad fuera compartida. No conoce la clemencia, su justicia es expeditiva.
Finalmente, muchos ignoran que el Che Guevara el "libertador", el "héroe del pueblo", desempeñó un papel capital en la instauración del campo de trabajo forzado de Guanahacabibes entre 1960 y 1961, un campo destinado a atender los casos difíciles, aquellos de quienes no estaba seguro de tener que encarcelarles. Los que habían cometido "crímenes más o menos graves contra la moral revolucionaria", decía él. En todo caso, el Che parece no haber tenido ningún escrúpulo en encerrar y condenar a trabajos forzosos a los individuos por medio de detenciones arbitrarias y sin juicio. Más tarde, este campo será utilizado por el régimen cubano para encerrar a todos los indeseables (y esto nos remonta a nuestros peores recuerdos): testigos de Jehová, homosexuales, adeptos a religiones afrocubanas como Abakua, y rebeldes no políticos. Entre los años 1980 y 1990, incluso se encerrará allí, de modo arbitrario, a las víctimas del SIDA.
Visto desde este punto de vista, el Che parece netamente menos "crítico" y sus ideales de liberación del pueblo y de igualdad toman una resonancia muy diferente. Parece siempre peligroso idealizar a un hombre, cualquiera que sea.
Llevar la camiseta del Che es un reconocimiento, voluntario o no, a la violencia que jalonó su corta carrera política. Consecuencia de la indumentaria de moda o ideológica, la difuminación o el fracaso son inevitables.
Bibliografía:
Bouchard, Viviane, Che Guevara, un héros en question, Québec Amérique, Montréal, 2004
Ros, Enrique, Ernesto (Che) Guevara, mito y realidad, Ediciones Universal, 2002
Vargas Llosa, Alvaro, The Killing Machine : Che Guevara, from Communist Firebrand to Capitalist Brand, The New Republic, 11 juin 2005
Farber, Samuel, The Resurrection of Che Guevara , New Politics, summer 1998
CastaNeda, Jorge G. , Companero. The Life and Death of Che Guevara, New York, Alfred. A. Knopf, 1997
Anderson, Jon Lee, Che Guevara. A Revolutionary Life,New York, Grove Press, 1997
Taibo II, Paco Ignacio, Guevara. Also Known as Che., New York, St Martin's Press, 1997
La Grande Époque (Francia)
Feb 16, 2006
Puro efecto de moda o símbolo de una ideología, la efigie del revolucionario argentino, Ernesto "Che Guevara", se reproduce sobre las camisetas. El culto a las personalidades permanece vivo en el comunismo así como en la religión. El capitalismo se complace y se recupera.
Ernesto Che Guevara estuvo lejos de sospechar que un día se convertiría casi en una marca puesta sobre productos vendidos en cualquier parte del mundo. Camisetas, gorras, tazas, la cara del Che Guevara se encuentra por todas partes, símbolo de la cultura pop. Jóvenes y menos jóvenes enarbolan la cara del revolucionario. ¿Es un fenómeno de moda? En Argentina, una expresión nació de este fenómeno: "Tengo una remera del Che no sé por qué" (tengo un camiseta del Che, pero no sé por qué). El Che, figura emblemática de los años sesenta, es visto como un héroe, un ejemplo, el símbolo de todas las luchas para todas las libertades, el testigo de todas las rebeliones, un mártir de cara “crítica”, efímero, se convirtió en un verdadero mito. ¿Cómo?, ¿por qué? ¿Y dónde está la realidad, el hombre detrás del mito?
Su juventud
Ernesto Guevara nació en Argentina en una familia más bien liberal: madre feminista y liberada, padre empresario y aventurero, la familia ayudará y albergará a exiliados de la guerra civil española. Desde que era muy pequeño, el asma lo hace sufrir, lo recluye en casa, le hace sentir la muerte a través de las crisis que lo asfixian. Su madre decide hacerlo salir, confrontarlo con la enfermedad para que aprenda a convivir con ella, a vencerla. Es lo que hace Ernesto, que pesar de todo se convierte en un atleta excelente.
Desde su infancia, Ernesto lee mucho. Adolescente, leyó a Adler y comprendió por qué su enfermedad, que le hace diferente a los demás, le empuja a cambiar el mundo para mejorarlo, hacerse sitio allí. Lee a Freud, Marx. Se convierte en un stalinista convencido que escupirá más tarde sobre el ablandamiento del régimen de la URSS, hasta el momento en que conocerá todas las durezas y las atrocidades de este régimen. Sus lecturas lo inclinan a "cambiar el mundo", un mundo injusto para los más débiles.
Después de estudiar medicina, Ernesto Guevara emprende viajes por América latina en el curso de los cuales toma la medida del continente que es el suyo, de su diversidad, pero también de su pertenencia a un solo y único gran conjunto en el que habría que allanar las desigualdades. Es lo que describe la película Notas de Viaje, que participó sin duda en el resurgimiento de la popularidad del Che. Estas aventuras constituyen la fase de iniciación del "héroe", donde descubrirá su misión, concretamente, y comenzará su aventura revolucionaria. En el curso de sus viajes durante su vida entera, Ernesto Guevara escribió a su madre, a las mujeres de su vida, en su diario. Esto le permite escribir su propia historia. El "héroe" narra su propia epopeya. Tiene el don de presentar bien sus ideas, como si creara su propia leyenda. Por otra parte, numerosas biografías, documentos y obras realizadas sobre su vida están fuertemente basados en sus escritos, lo que ofrece poco margen para acercarse objetivamente al personaje.
En revoluciones
Su trayecto se traza de Guatemala a México, luego en el curso de la revolución cubana con el movimiento del 26 de julio, al cual contribuye a dar su color rojo. En 1959, el pequeño doctor argentino asmático se convirtió en uno de los principales dirigentes de Cuba. Fidel Castro comprende bien la ventaja que hay en aprovechar esta personalidad brillante, carismática e idealista, y utiliza ampliamente la imagen del que se llamará en lo sucesivo Che Guevara. Por fin, su muerte "valiente" y rodeada de misterio. Mártir víctima de la CIA. Una muerte en la plenitud de la vida al final de una lucha desigual, de una caza al hombre, dado que sus pequeñas tropas debilitadas fueron perseguidas por 2000 hombres del ejército boliviano. Las fotos de su bello rostro muerto de mirada “crítica” que darán la vuelta al mundo contribuirán a aportar el último toque al personaje "heroico".
Todos estos elementos acercan a Ernesto Guevara al héroe, tratándose ciertamente de un hombre "extraordinario", en el sentido etimológico del término, es decir un hombre fuera de lo normal. Sin embargo, estas características no deben hacer olvidar ciertos aspectos menos conocidos, pero sin embargo más reales, de la vida y del carácter de Ernesto Guevara. Treinta y ocho años después de su muerte, son todavía ampliamente minoritarios los trabajos y los artículos sobre Che Guevara que salen del retrato elogioso para adoptar un tono objetivo, sin hablar de un tono crítico. Hasta el punto en que uno se pregunta si el "héroe" no ha sido canonizado. ¡Difícil de romper el mito! Sin embargo, aquí y allí, se elevan voces y se hacen oír, sobre todo entre los exiliados cubanos en los Estados Unidos.
Concretando
Comencemos por observar desde más cerca simplemente el balance político, económico, social y militar de este "gran idealista revolucionario" que ocupó funciones diversas en el gobierno cubano, que ocupó el puesto de Ministro de Economía y de Ministro de las Reformas Agrarias. De su paso por la economía, nos acordamos sobre todo del que firma los billetes de banco con un "Che" provocativo. De su paso por las reformas agrarias en cambio, dejó una desorganización profunda y una disminución espectacular de las cosechas de azúcar como resultado de una tentativa temprana de diversificación de las culturas. El Che, a pesar de su trabajo encarnizado, parece complacerse más en publicitar la revolución que en plasmar sus ideas en lo cotidiano.
Después, sus discursos intransigentes contra la URSS, acusándola de reproducir el imperialismo en sus relaciones con los países en busca de independencia, lo alejan de Cuba y de los soviéticos. La revolución del Congo, en la cual participa, es un fracaso. Los rebeldes, llevados por Lorenzo Désiré Kabila, se empeñan sobre todo en llevar una vida dorada y ociosa. Después de algunos meses de vagabundeo, reflexión y convalecencia en Tanzania y luego en Praga, decide con Fidel Castro emprender una guerrilla en Bolivia. Estando mal preparado, apoyado por reclutas mal formados y poco convencidos que desertan y traicionan a su jefe, él fracasa. El Che llega al final del camino, muere.
Al extremo
Un rasgo que señala la personalidad de Ernesto Guevara es su tendencia de llevar todo al extremo. Él mismo escribía a su madre en julio de 1956: "No sólo no soy moderado, sino que trataré de no serlo jamás". Este asmático que tuvo que luchar y ponerse en peligro para tener una vida normal, desafía constantemente a la muerte. Fidel Castro incluso describe su temeridad como "su modo de escoger, en toda situación difícil y peligrosa, hace la cosa más difícil y más peligrosa”. ¿Cuál puede ser el efecto de un espíritu kamikaze cuando dirige un pueblo? El Che Guevara era un hombre intransigente, extremadamente exigente consigo mismo, pero también hacia los demás. Repetidas veces, este rigor casi puritano se expresó. En 1958, trató de regular, en la ciudad de Santo Espíritu que acababa de conquistar, las relaciones entre hombres y mujeres, el consumo de alcohol y el juego, pero sin éxito.
De hecho, Ernesto Guevara, que hacía la revolución "para la gente", tiene un desprecio profundo por las clases dirigentes, pero igualmente por todo lo que constituye la vida de la gente. Además en 1958 aconsejó a sus hombres robar a los bancos, porque "las masas trabajadoras no pueden caer mas bajo". Por otra parte, no comprende las necesidades completamente humanas del pueblo. Absorbido por su trabajo, incluso dirá que ignora totalmente cómo vive el pueblo cubano. Esto parece bastante contradictorio. ¿No se hace la revolución para servir al pueblo y no lo contrario?
Abrazar la violencia
Esta intransigencia del hombre es reiterada por una cierta violencia. En Guatemala, en el momento de la revolución reprimida de Jacobo Arbenz, que verdaderamente lo lanzará hacia el movimiento revolucionario, Guevara se estremece con los tiros de los cañones y el olor de la pólvora. Más tarde, en la Sierra Maestra, en el curso de la guerrilla para derribar a Batista, el Che Guevara saborea plenamente su amor a las armas, llegando incluso a nombrar a su pistola Beretta "Libertad". Abandona su papel de médico para convertirse en soldado a tiempo completo. Su dureza se revela mortal para varios de sus compañeros sospechosos de traición. Se cuenta que llegó a simular ejecuciones, una forma de tortura psicológica.
Pero después de la toma del poder en Cuba, esta violencia y esta intransigencia forman una mezcla temible cuando el Che participa en el sistema de represión del régimen cubano. En efecto, a menudo ignoramos el importante papel que jugó en la elaboración del sistema de seguridad de Estado de Cuba, el sistema elaborado según el modelo de la KGB con la KGB. El Che comparte pues la responsabilidad de las acciones de represión de este régimen, sobre todo porque presionó a los revolucionarios cubanos para adoptar el modelo soviético.
De esta manera se encarga en 1959 de la prisión La Cabana y del proceso y la ejecución de los opositores. Los procesos son expeditivos, las apelaciones que están en sus manos son rechazadas sistemáticamente. Guevara vela personalmente por la ejecución de los presos. En algunos meses, habrá varios centenares de ejecutados, juzgados arbitraria y rápidamente. Ciertos partidarios de Batista sufrieron un castigo ampliamente desproporcionado a su "crímen". El Che quería que sus oficiales fueran verdugos por turnos con el fin de que su responsabilidad fuera compartida. No conoce la clemencia, su justicia es expeditiva.
Finalmente, muchos ignoran que el Che Guevara el "libertador", el "héroe del pueblo", desempeñó un papel capital en la instauración del campo de trabajo forzado de Guanahacabibes entre 1960 y 1961, un campo destinado a atender los casos difíciles, aquellos de quienes no estaba seguro de tener que encarcelarles. Los que habían cometido "crímenes más o menos graves contra la moral revolucionaria", decía él. En todo caso, el Che parece no haber tenido ningún escrúpulo en encerrar y condenar a trabajos forzosos a los individuos por medio de detenciones arbitrarias y sin juicio. Más tarde, este campo será utilizado por el régimen cubano para encerrar a todos los indeseables (y esto nos remonta a nuestros peores recuerdos): testigos de Jehová, homosexuales, adeptos a religiones afrocubanas como Abakua, y rebeldes no políticos. Entre los años 1980 y 1990, incluso se encerrará allí, de modo arbitrario, a las víctimas del SIDA.
Visto desde este punto de vista, el Che parece netamente menos "crítico" y sus ideales de liberación del pueblo y de igualdad toman una resonancia muy diferente. Parece siempre peligroso idealizar a un hombre, cualquiera que sea.
Llevar la camiseta del Che es un reconocimiento, voluntario o no, a la violencia que jalonó su corta carrera política. Consecuencia de la indumentaria de moda o ideológica, la difuminación o el fracaso son inevitables.
Bibliografía:
Bouchard, Viviane, Che Guevara, un héros en question, Québec Amérique, Montréal, 2004
Ros, Enrique, Ernesto (Che) Guevara, mito y realidad, Ediciones Universal, 2002
Vargas Llosa, Alvaro, The Killing Machine : Che Guevara, from Communist Firebrand to Capitalist Brand, The New Republic, 11 juin 2005
Farber, Samuel, The Resurrection of Che Guevara , New Politics, summer 1998
CastaNeda, Jorge G. , Companero. The Life and Death of Che Guevara, New York, Alfred. A. Knopf, 1997
Anderson, Jon Lee, Che Guevara. A Revolutionary Life,New York, Grove Press, 1997
Taibo II, Paco Ignacio, Guevara. Also Known as Che., New York, St Martin's Press, 1997